martes, 29 de septiembre de 2009

Reflejos en el canal (27-09-09)

Zaragoza, en general, está cortada. Cortada porque unas décadas después de que el tranvía fuera quitado por los problemas que generaba, han decidido darle una nueva oportunidad y están levantando la ciudad para instalarlo. Las obras van a durar unos dos años y durante ese tiempo van a ir cortando calles progresivamente. De momento, han cortado la calle que comunicaba mi casa con la de Laura, mi novia, y ahora no hay forma automovilística (se puede ir en coche pero por un mal asfaltado camino alternativo) de llegar a ella. Por suerte, todavía se puede llegar a su casa andando y hay un camino de tierra especialmente idóneo para este paseo. Ese camino está junto al canal Imperial de Zaragoza, un bonito y marrón canal que le da un aire distinguido a Zaragoza. Como el agua está de todo menos transparente, esto favorece la fotografía de reflejos así que os recomiendo a todos a que vengáis a hacer esta práctica a Zaragoza.

Puente (teleobjetivo)

Para hacer esta práctica, conté con la inestimable compañía de Laura y de su fiel perro, Copito, pero prescindí de Kira, mi perra, porque su exceso de energía añadido a su odio irracional por las bicicletas (son muchos los que van en bicicleta por este camino) habrían hecho de este viaje fotográfico una auténtica odisea.

Gafas (teleobjetivo)

La verdad es que en esta práctica no necesité hacer tantas fotos como en la del árbol. De hecho, me ha resultado más sencilla porque al ser un tema algo más libre me he sentido más cómodo haciendo las fotos. Bueno, os dejo ya con el resto de mi selección.

Valla (normal)

Pato (teleobjetivo)

Columnas (gran angular)

Esta foto última no es del canal sino que es una foto que he rescatado del viaje que hice a París este verano con Laura. Es una foto de "La Défense", una espectacular zona de oficinas de la capital francesa.

La Défense (normal)

lunes, 14 de septiembre de 2009

El día de la foto imaginaria (12-09-09)

No deja de ser raro que en clase de Fotoperiodismo te manden esta semana hacer de todo menos fotos. No deja de ser raro, que vayamos por casa o por la calle con nuestra cámara sin tarjeta ni batería y nos dediquemos a hacer fotos imaginarias. Y aún así, por raro que parezca, pudo serme incluso útil. Reconozco que me hubiera gustado hacer alguna foto y reconozco que alguna hice: el momento lo requería.

Mi día de la foto imaginaria fue el sábado 12 de septiembre; un sábado normal como cualquier otro pero un sábado especial como cualquier otro. Lo primero que hice nada más levantarme (aparte de quitarme a la perra de en medio, le gusta mucho pegarse a la gente mientras duerme) fue ir a coger la cámara de fotos de mi padre. Mi padre se había ido de viaje a Madrid pero por suerte había dejado la cámara en casa; él es un apasionado de la fotografía y tiene una cámara en consonancia con esa pasión: una Nikon d70, una cámara réflex de un tamaño considerable. ¡Da gusto coger esa cámara aunque sólo sea para hacer fotos imaginarias!

Al principio del día hice “fotos” a todo: a mi cama desecha, a mi perra desecha en la cama, a la ventana de mi habitación y sobre todo al reloj… me entretuve mucho con un reloj intentado hacer una buena foto de la hora. Luego bajé a desayunar y seguí haciendo fotos de todo: de la leche, del Cola-Cao (no soy de café), de las tostadas sin mermelada ni mantequilla, de las tostadas con mermelada y mantequilla, de las galletas… y luego salí al jardín a hacer algunas tareas del hogar. Pronto pasó la mañana (me había levantado tarde) y durante el mediodía hice menos fotos imaginarias porque me dediqué a hacer trabajos no imaginarios para clase.

Por la tarde, salí de casa y cogí otra cámara distinta, una de menor calidad y responsabilidad; me daba terror salir a la calle con la cámara de mi padre, demasiado… grande. Fui a casa de Laura, mi novia, con quien pasé otra agradable tarde. Ya por la noche, Laura se fue con sus amigas y yo quedé con los míos, con los que fui a cenar y al cine. Vimos “Distrito 9” por si os interesa, una película cuanto menos curiosa (aunque el final no me acabó de convencer…).

Y éste fue mi día de la foto imaginaria. Me hubiera gustado acompañar el post con alguna foto pero si no no sería el día de la foto imaginaria. Quizá algún día hagamos el día de la foto de verdad.

lunes, 7 de septiembre de 2009

En busca del árbol perdido (05-09-09)

Vivo en un tranquilo barrio residencial a las afueras de Zaragoza; y desde el sábado, vivo en un tranquilo barrio residencial sin árboles bonitos a las afueras de Zaragoza. Y es que pasé más rato buscando el árbol adecuado que haciéndole fotos. Lo encontré junto a un pequeño lago artificial que hay a unos diez minutos de mi casa, un pequeño lago que quería utilizar como complemento de las fotos pero que (desgraciadamente) habían vaciado para (afortunadamente) hacer una limpieza a fondo. Aún así, estaba rodeado de árboles y acabé encontrando el adecuado. Aunque era un pino más, tenía algo diferente.

El árbol (Normal)

A este viaje fotográfico me acompañó muy amablemente Kira, mi perra (la de la foto), quien aprovechó para correr, saltar y seguir corriendo mientras yo hacía las fotos. Y por razones técnicas, también vino mi padre, ya que era la primera vez que iba a usar una cámara réflex y me iba a venir bien algo de ayuda.

Kira (Teleobjetivo)

Hice pruebas con los distintos objetivos (normal, gran angular y teleobjetivo), lo que me llevó a hacer unas cuantas (demasiadas) fotos. Después de una exhaustiva selección y de unos pequeños retoques, éstas son las que he elegido para el blog.

Ciclista (Teleobjetivo)

Ramas (Gran Angular)

Piñas (Teleobjetivo)

Ramas (Teleobjetivo)

Tronco (Teleobjetivo)

Libélula (Teleobjetivo)